martes, 11 de diciembre de 2012

Onda Corta, Microondas, y riesgos laborales






Muchos somos los fisioterapeutas que llevamos años trabajando junto a aparatos emisores de onda corta y de microondas. Pocas son las precauciones que tomamos al respecto, y la gran mayoría de ellas basadas en la transmisión boca a boca entre compañeros, pero quizás no todas verificadas y contrastadas. Por eso quiero hacer referencia a la aparición de un "Manual de prevención de riesgos laborales en los tratamientos con onda corta y microondas".

Tras leerlo, paso a resaltar algunas de las cosas que más me han llamado la atención:
  • En caso de embarazo o lactancia, no hay nada demostrado pero se recomienda no exponerse a radiaciones de este tipo. Parece ser que 2 m de distancia respecto de la fuente pueden ser suficientes.
  • Existe una normativa que obliga al empresario/propietario a evaluar, y en caso necesario medir y calcular los valores de los campos electromagnéticos a los que están expuestos sus empleados.
  • Mantener una distancia mínima de 2 m entre dos equipos de este tipo.
  • Importancia de que el equipo lleve el Marcado CE. Las exigencias europeas aseguran que por ejemplo los cables estén suficientemente aislados. Un simple tubo de goma no es suficiente, se precisa un apantallamiento de malla metálica.
  • Se recomienda la revisión y mantenimiento una vez al año.
  • La zona donde se ubiquen los aparatos debe estar perfectamente señalizada, con carteles de indicación de radiación no ionizante y de aviso a pacientes embarazadas, portadores de marcapasos o de implantes metálicos.
  • Parece claro que la mejor medida de prevención es el alejamiento de la fuente, situándose el terapeuta a más de 2 m siempre el mayor tiempo posible.
Creo que sus autores deben ser nombrados en reconocimiento a esta importante labor:
Alberto Rasines Gómez, Luis M. Hernando del Pino, Mª Nieves Ausín Canduela, Francisco Javier Albert Payá, Adrián Martínez Ramos, Mª Paloma López Mardomingo, Álvaro Garrido López y Raúl Andrés Gutiérrez.

La fotografía es de Alan Richmond


martes, 4 de diciembre de 2012

Stop al intrusismo sanitario






Una de las "entradas más manoseadas" del blog habla sobre el intrusismo en fisioterapia.

En España se han hecho varios avances en los últimos años, por lo menos se empieza a tener claro lo que es intrusismo y lo que no, y sobre todo a qué profesionales sanitarios les corresponden unas disciplinas u otras.
Así, cualquier paciente puede saber por ejemplo que un quiropráctico no es, por el hecho de decir que sea quiropráctico, personal sanitario. Si no posee además el título de fisioterapeuta (podríamos discutir sobre médico o enfermero), está cometiendo un delito, y jugando con la salud de las personas.

Pues bien, varios Colegios Profesionales del ámbito sanitario, con gran representación del mundo de la fisioterapia, se han unido para crear una plataforma de lucha contra el intrusismo. Entre otras medidas de difusión y actuación, me ha gustado mucho la web que han ideado, desde la que se puede:

1-Denunciar, o sencillamente consultar sobre tu caso o experiencia.
2-Consultar las web de los Colegios Profesionales.
3-Buscar profesionales sanitarios cualificados por los Colegios Profesionales.
4-Leer noticias sobre el intrusismo.
5-Encontrar información jurídica al respecto.

Para entrar en la web, pincha en la imagen del encabezado, o bien hazlo aquí.

Creo que puede ser una buena ayuda para seguir luchando contra este problema que día a día pone en riesgo la salud de muchas personas.

jueves, 5 de abril de 2012

Entre nubes y claros



No han pasado apenas 5 días desde que apareció Abril en el calendario haciendo alarde de su ya conocida fama, transmitida boca a boca por culpa de un maldito refrán. Tras este absurdo invierno que ni siquiera ha llegado a otoño (no sólo en lo climatológico, sino también en lo que se refiere a mi capacidad creativa-bloguera), en el que no me han conseguido levantar de la poltrona ni siquiera el anuncio de la nueva regulación de ciertas profesiones parasanitarias, ni la vociferante e inútil perreta de algunos estamentos contra los ridículos pagos de las aseguradoras a los fisioterapeutas que por necesidad, o por falta de dignidad, vete tu a saber, colaboran con ellas, finalmente ha sido este estúpido Abril el que me ha hecho levantar, o más bien sentarme con calma a escribir.

Resulta que en un comentario leído en esta cada vez más inmensa maraña de información o desinformación, según se mire, se habla de la influencia del frío y de la humedad en el dolor osteoarticular, un argumento que oigo a diario dos o tres veces... o cuatro (que queréis, es lo que tiene vivir en mi querida Asturias) y que me ha obligado ya en otras ocasiones a realizar búsquedas por la literatura científica, tratando de esclarecer un poco más el tema.

Así que llegados a este punto, y para un mejor análisis, conviene diferenciar dos aspectos: por un lado la estancia durante periodos largos de tiempo en un clima determinado, y por otro el posible efecto agudo e inmediato de esta climatología.

Una revisión de enero publicada en Eur J Pain no ha encontrado resultados consistentes para Artritis Reumatoide (AR), pero deja claro que los pacientes reaccionan de distintas maneras a la climatología. Otra revisión de 2004 del J Rheumatol encuentra variables positivas para AR en cuanto a la humedad, medida en la piel (es curioso, afirma que el uso del aire acondicionado o las barreras de ropa disminuyen este efecto de la humedad). Me parece interesante y bien planteado un estudio de McAlindon publicado en el Am J Med en 2007, donde encuentra relación para el dolor en osteoartritis de rodilla con la cambios en la presión atmosférica y temperatura ambiente. Hay más trabajos y más relaciones, pero los resultados y las metodologías finalmente concluyen en la necesidad de... ¡más estudios!

Entiendo por tanto que algunos colegas plantean una explicación que gira en torno a la presión atmosférica. Parece que algunos pacientes (a mí mismo me ha pasado) desarrollan cierta sensibilidad, por ejemplo, a los cambios de posición tumbada a sentada. ¿Por qué no también a la variación brusca de la presión atmosférica? ¿Tenemos receptores en las articulaciones o anexos lo suficientemente sensibles para percibirlos? Lo desconozco.

La pregunta que yo me hago es si esos cambios atmosféricos realmente pueden dañar las articulaciones, o si sencillamente son percibidos por el cuerpo y el cerebro, ya que pueden significar peligro, y que se nos presentan en ocasiones con la aparición dolor, con la intención de avisarnos, de ponernos en alerta ante un cambio de clima inminente, ante una posible tormenta, para que busquemos ya sin más demora cobijo...

Si esto fuera así, y si lo lográramos asimilar, ¿realmente nos influiría Abril como está haciendo este año?




EN ABRIL, LAS AGUAS MIL

Son de abril las aguas mil.
Sopla el viento achubascado,
y entre nublado y nublado
hay trozos de cielo añil.
Agua y sol. El iris brilla.
En una nube lejana,
zigzaguea
una centella amarilla.
La lluvia da en la ventana
y el cristal repiqueteo.
A través de la neblina
que forma la lluvia fina,
se divisa un prado verde,
y un encinar se esfumina,
y una sierra gris se pierde.
Los hilos del aguacero
sesgan las nacientes frondas,
y agitan las turbias ondas
en el remanso del Duero.
Lloviendo está en los habares
y en las pardas sementeras;
hay sol en los encinares,
charcos por las carreteras.
Lluvia y sol. Ya se oscurece
el campo, ya se ilumina;
allí un cerro desparece,
allá surge una colina.
Ya son claros, ya sombríos
los dispersos caseríos,
los lejanos torreones.
Hacia la sierra plomiza
van rodando en pelotones
nubes de guata y ceniza.


Por una vez, la foto es mía... el poema de Antonio Machado


 
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