jueves, 5 de abril de 2012

Entre nubes y claros



No han pasado apenas 5 días desde que apareció Abril en el calendario haciendo alarde de su ya conocida fama, transmitida boca a boca por culpa de un maldito refrán. Tras este absurdo invierno que ni siquiera ha llegado a otoño (no sólo en lo climatológico, sino también en lo que se refiere a mi capacidad creativa-bloguera), en el que no me han conseguido levantar de la poltrona ni siquiera el anuncio de la nueva regulación de ciertas profesiones parasanitarias, ni la vociferante e inútil perreta de algunos estamentos contra los ridículos pagos de las aseguradoras a los fisioterapeutas que por necesidad, o por falta de dignidad, vete tu a saber, colaboran con ellas, finalmente ha sido este estúpido Abril el que me ha hecho levantar, o más bien sentarme con calma a escribir.

Resulta que en un comentario leído en esta cada vez más inmensa maraña de información o desinformación, según se mire, se habla de la influencia del frío y de la humedad en el dolor osteoarticular, un argumento que oigo a diario dos o tres veces... o cuatro (que queréis, es lo que tiene vivir en mi querida Asturias) y que me ha obligado ya en otras ocasiones a realizar búsquedas por la literatura científica, tratando de esclarecer un poco más el tema.

Así que llegados a este punto, y para un mejor análisis, conviene diferenciar dos aspectos: por un lado la estancia durante periodos largos de tiempo en un clima determinado, y por otro el posible efecto agudo e inmediato de esta climatología.

Una revisión de enero publicada en Eur J Pain no ha encontrado resultados consistentes para Artritis Reumatoide (AR), pero deja claro que los pacientes reaccionan de distintas maneras a la climatología. Otra revisión de 2004 del J Rheumatol encuentra variables positivas para AR en cuanto a la humedad, medida en la piel (es curioso, afirma que el uso del aire acondicionado o las barreras de ropa disminuyen este efecto de la humedad). Me parece interesante y bien planteado un estudio de McAlindon publicado en el Am J Med en 2007, donde encuentra relación para el dolor en osteoartritis de rodilla con la cambios en la presión atmosférica y temperatura ambiente. Hay más trabajos y más relaciones, pero los resultados y las metodologías finalmente concluyen en la necesidad de... ¡más estudios!

Entiendo por tanto que algunos colegas plantean una explicación que gira en torno a la presión atmosférica. Parece que algunos pacientes (a mí mismo me ha pasado) desarrollan cierta sensibilidad, por ejemplo, a los cambios de posición tumbada a sentada. ¿Por qué no también a la variación brusca de la presión atmosférica? ¿Tenemos receptores en las articulaciones o anexos lo suficientemente sensibles para percibirlos? Lo desconozco.

La pregunta que yo me hago es si esos cambios atmosféricos realmente pueden dañar las articulaciones, o si sencillamente son percibidos por el cuerpo y el cerebro, ya que pueden significar peligro, y que se nos presentan en ocasiones con la aparición dolor, con la intención de avisarnos, de ponernos en alerta ante un cambio de clima inminente, ante una posible tormenta, para que busquemos ya sin más demora cobijo...

Si esto fuera así, y si lo lográramos asimilar, ¿realmente nos influiría Abril como está haciendo este año?




EN ABRIL, LAS AGUAS MIL

Son de abril las aguas mil.
Sopla el viento achubascado,
y entre nublado y nublado
hay trozos de cielo añil.
Agua y sol. El iris brilla.
En una nube lejana,
zigzaguea
una centella amarilla.
La lluvia da en la ventana
y el cristal repiqueteo.
A través de la neblina
que forma la lluvia fina,
se divisa un prado verde,
y un encinar se esfumina,
y una sierra gris se pierde.
Los hilos del aguacero
sesgan las nacientes frondas,
y agitan las turbias ondas
en el remanso del Duero.
Lloviendo está en los habares
y en las pardas sementeras;
hay sol en los encinares,
charcos por las carreteras.
Lluvia y sol. Ya se oscurece
el campo, ya se ilumina;
allí un cerro desparece,
allá surge una colina.
Ya son claros, ya sombríos
los dispersos caseríos,
los lejanos torreones.
Hacia la sierra plomiza
van rodando en pelotones
nubes de guata y ceniza.


Por una vez, la foto es mía... el poema de Antonio Machado


3 comentarios:

  1. Los estudios siempre parecen invitar a más y mejores estudios ¿verdad?

    Os dejo también mi link para seguir dándole vueltas al tema: http://osteonfisioterapia.blogspot.com.es/2012/06/hasta-el-40-de-mayo-o-por-que-nos-duele.html

    ;)

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  2. Hola!
    Por un problema en la renovación de mi blog (algúna historia extraña con el dominio) creo que he eliminado un comentario tuyo que tenía en pendientes
    disculpa!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡No aportaba mucho!
      De todas maneras vi que el comentario había llegado, pues me di cuenta de la modificación.

      Eliminar

 
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